Esto es algo que nos pasa a todas cuando llevamos con las
prendas de verano o invierno más de dos meses. SI, así somos nosotras, pero
además ahora que llevamos más de cuatro meses viendo el mismo paisaje dentro del armario nos
desespera.
Yo inconscientemente hago varias cosas para convertir el
aburrimiento en oportunidad, si oportunidad a nuestro armario, porque casi
siempre nos encasillamos y realmente cuando miramos dentro de este mundo paralelo
no vemos nada.
Lo primero que yo hago es tirarlo todo abajo, aunque parezca
súper pesado, me hace descubrir cosas que no había dado casi uso, bien porque
no sé con qué ponérmelo, o bien porque es tan llamativo que me lo he puesto una
o dos veces. Lo siguiente es colocarlo de modo que lo que siempre te pongas
quede más alejado de la vista y lo que no te pones a la vista.
Lo segundo es localizar lo que apenas te has puesto y tratar
de hacer combinaciones con todo, para encontrar ese tándem perfecto que no has
logrado ver más que en la tienda cuando lo pagabas. Esto tiene un riesgo y es
que te des cuenta que justo lo necesario para sacar partido a esto es comprarte
un pantalón de otro color o un foulard que no tienes, bueno pues esto está
prohibido, hay que encontrar opciones con lo que ya tenemos. Si os quedáis sin
ideas seguro que mirando revistas o blogs se ocurren ideas.
Después vamos con lo que siempre nos ponemos, aquella ropa
que parece pegada a nuestra piel, lo que yo hago es tratar de combinarlo de
manera totalmente opuesta a como habitualmente me lo ponía, es decir si una
camisa siempre la usaba para vestir, ahora me la pongo con unos vaqueros y manoletinas, o con botas de agua, o al
revés si tengo un jersey que era el típico de sport, pues intento buscarle un
vestidito corto que le vaya, o una mini-falda….
Bueno estas solo son algunas ideas, en otro post os daré más
consejos que espero os sean muy útiles.
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